Leer las cartas: El origen del arte de la adivinación

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El arte de leer las cartas es uno de los más enigmáticos e interesantes que sobreviven en el mundo moderno, aún después de siglos de desarrollo científico y tecnológico. Si la lectura de cartas ha logrado abrirse un espacio en la modernidad, conquistando el interés de millones de personas, es porque se trata de una sabiduría ancestral y milenaria, cuyo encanto y utilidad se mantiene del todo vigente.

Todos hemos sentido en algún momento la curiosidad por conocer más sobre nuestro futuro, qué nos espera en los próximos meses o años, si ese proyecto laboral será exitoso o esa relación amorosa florecerá. Esa necesidad constante del hombre por hallar respuestas a las dudas que le han perseguido desde siempre, es lo que hace que el leer las cartas sea un ritual que se mantenga más presente que nunca. Pero la lectura de cartas tiene un origen lejano, del que muy pocos conocen. Acompáñanos en Arcanos Tarot, a descubrirlo.

Origen del tarot

Leer las cartas

Cuando hablamos del origen del tarot, nos encontramos con que no existe una versión del todo concluyente. Sin embargo, buena parte de los estudiosos de la materia coinciden en que el arte de leer las cartas puede rastrearse hasta el Antiguo Egipto, varios milenios atrás.  Se cree que la lectura del tarot tal como la conocemos hoy en día, es un vestigio de la sabiduría reflejada en el libro de Thot, el Dios egipcio de la magia, las ciencias y las matemáticas, conocedor del pasado, presente y futuro.

Sin embargo, otras teorías exponen que el ritual de leer las cartas e incluso el diseño de los Tarots Egipcios que conocemos son creaciones de autores modernos, lo cual contradice esta primera teoría. Otros autores hablan de Marruecos como la posible cuna del tarot. En este sentido, el investigador y ocultista Paul Foster Case plantea una idea que tiene un interesante sentido.

Foster expone que sobre el año 1200 d. C., tras la destrucción de Alejandría, cientos de adeptos ocultistas de todo el mundo, entre los que se contaban sabios, astrólogos y místicos, se reunieron en la ciudad de Fez, en Marruecos. La barrera del idioma les hacía difícil e incluso imposible la comunicación, así que adoptaron un sistema basado en ideas primordiales, que resultaran comunes a judíos, cirios, tibetanos e indios. Fue así como hicieron figuras y dibujos, que a través de claves pictóricas encerraban mensajes, y que se cree pueden haber sido las primeras cartas del tarot. Estas primeras cartas fueron conocidas como arcanos, palabra que significa secretos.

Las versiones europeas

En Europa la primera referencia escrita acerca del tarot, es un manuscrito sienés llamado Trattato de governo della familia di Pipozzo, que data del año 1299. En este texto se menciona la existencia de los naibis o naipes, y se recomienda a los caballeros abstenerse de jugar a las cartas. Otra versión habla de que el tarot y el hábito de leer las cartas, se remonta a las primeras décadas del siglo XIII, cuando los mercaderes del Mediterráneo recorrían la extensa Ruta de la Seda por China, Persia y África, trayendo entre sus pertenencias el primer mazo de cartas conocido en Occidente, llamado Mamluk. 

Aunque la localidad y año precisos de la creación del tarot no tiene una versión universalmente aceptada, lo que sí es un acuerdo común es que el tarot proviene de maestros espirituales que “guardaron” en las imágenes simbólicas sus conocimientos herméticos, y estos han sabido permanecer por siglos y milenios. La lectura del tarot ha cambiado a lo largo de los años, pero sus aplicaciones y utilidad se redescubren constantemente.

En las escuelas esotéricas y herméticas de occidente, las claves del Tarot han servido como vías de autoconocimiento y ascenso espiritual, ya sea a través de la meditación en ellas o mediante el estudio de sus mensajes y relaciones. El proceso de leer las cartas constituye un viaje en el interior del ser, del que se pueden extraer no solo predicciones sobre el futuro, sino también profundas lecciones sobre el pasado.

El secreto de Marsella

Uno de los mazos del tarot que más se utilizan para leer las cartas, es el Tarot de Marsella. Sobre su origen se cuenta que fue a principios del siglo XX, en una serie de excavaciones realizadas en un pozo del Castillo Sforza en Milán, se encontraron cartas del siglo XV con el típico diseño del tarot marsellés. Esto reforzó la vieja teoría de que el tarot, el primero y verdadero, nació en Marsella.

El filósofo y estudioso del tarot Michael Duummett exploró el origen de este tarot, concluyendo que puede haber sido inventado en el siglo XV en Italia, y que de allí se introdujo en el sur de Francia, cuando los franceses conquistaron las regiones de Milán y Piamonte, en el año 1499. Otra teoría un poco más osada sobre este tarot, la hizo el tarotista Philippe Camoin, quien expuso que estas cartas podrían corresponder al Evangelio secreto de Santa María Magdalena.

Evolución del tarot

El origen del misterioso arte de la adivinación

El primer mazo completo del que se tiene registro es el bellísimo y lujoso Tarot de Visconti-Sforza, hecho a mano alrededor del año 1440, por encargo del Duque de Milán. En él ya aparecían figuras emblemáticas como La Emperatriz, El Colgado o El Mago y casi todas las demás que componen hoy los arcanos mayores, con una salvedad: La Torre y El Diablo, no  aparecían. No se sabe a ciencia cierta si faltan porque se perdieron, o todavía no formaban parte del juego.

Para fines del siglo XX, el manojo ya estaba organizado en 78 cartas. 22 de ellas se correspondían a los arcanos mayores, y 56 a los arcanos menores. Estos, ya divididos en 4 palos: Oros, Bastos, Espadas y Copas que van del 1 al 10, más sus correspondientes figuras del Rey,  la Reina, el Caballero y el Paje.

A partir de esta definición de la baraja es que la costumbre de leer las cartas se consolida en su carácter adivinatorio. Para la época se hizo común en las reuniones sociales, pedirles a las doncellas y los caballeros que sacaran al azar alguno de los 22 arcanos mayores, y sobre la carta escogida describir su personalidad o el destino que le aguardaba.

Simbología escondida en las cartas del tarot

El significado  de la lectura del tarot viene cargado de múltiples simbologías. Las religiones judía, musulmana y cristiana se hacen presentes en los dibujos de las cartas. Los arcanos mayores de El Papa, La Papisa o Sacerdotisa y El Juicio, hacen clara referencia al cristianismo. La carta de El Colgado y los diez botones de su pechera, hacen referencia a la Cábala judía, asemejándose a las 10 sefirot del árbol de la vida. Por su parte, el círculo de nueve puntas del As de Copas, se asocia a la tradición iniciática musulmana que entiende al número nueve como sagrado.

A partir de la década de los sesenta, la explosión de la cultura hippie le dio nuevos aires a la práctica de leer las cartas, y desde entonces, las imágenes y símbolos de cada mazo siguen maravillando a millones de personas. Las discusiones acerca de la validez de una u otra interpretación están a la orden del día, pero las diferencias no hacen más que confirmar la tremenda fuerza que estos dibujos, obsequio de sabios e iluminados, siguen ejerciendo sobre nosotros como amuleto para enfrentar con valor y belleza el gran desafío de vivir.

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